Date: July 22nd, 2013
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Arte, contexto y periférias

(Texto escrito por  “Participación como Práctica Cívica” fanzine en Scarpia XIII fanzine coordinado por La Fragua . Me hace mucha ilusión que el texto acompaña un dibujo de Tere Recarens)

(Bajar fanzine aqui 25MB)

SI hay algo que atraviesa las prácticas artísticas contemporáneas sería sin duda la contextualidad. Son prácticas que investigan sobre el terreno, entran en diálogo con él,  enlazando arte y vida, entrando y saliendo del museo y las galerias,  cruzando el día a día de las personas. Cambios de conciencia. El camino fuera del cuadro y de la galería,  Daniel Buren con sus rayos y palos, inventando el termino de “arte in situ” en 1967. Richard Serra interviniendo en un campo cerca de Toronto con su Shift de 1970. Jan Swidzinki nombrando el “arte contextual” en 1976. Los Brasileños Helio Oitica y Lygia Clark, Juan Downey en Nueva York.  Hoy, las intervenciones de Left Hand RotationDoug Scholes, Fabianne Borges, Tere Recarens, Julie Faubert y muchxs muchxs más.

Estos movimientos en el mundo del arte se han ido ampliando con el tiempo y cruzando con la toma de conciencia ecológica, feminista y post-colonial de los últimos años. Un interés creciente por la naturaleza y por un planteamiento del arte como conocimiento y medio de acción social. Al mismo tiempo la tecnología, especialmente las tecnologías de la comunicación, han facilitado la conexión al mundo de intercambios simbólicos desde cualquier rincón de la tierra. El trabajo de antropológos como Eduardo Viveiros de Castro nos ha acercado a la realidad de otros visiones del mundo anteriores (posteriores ?) al capitalismo. El filósofo Michael Marder escribe sobre la posibilidad de una anti-metafísica vegetal basado en la ontología de las plantas.

Mientras tanto las desequilibrios entre el campo y la ciudad se profundizan,   la brutal economía capitalista impulsa millones hacia las ciudades para intentar sobrevivir, generando nuevas periferias dentro de los centros.  Al mismo tiempo el movimiento de autonomía alimentaria crece y son cada vez más numerosas las personas que cultivan jardines o se desplazan en bicicleta. Peter Lamborn Wilson, inventor del Temporary Autonomous Zone, sugiere que cultivar un jardín es actualmente la actividad política mas útil que se puede emprender hoy en día.

Es en este contexto que espacios pequeños o medianos empiezan a florecer en zonas rurales o periféricos – El Forn de la Calç en Catalunya, Nuvem o Ubatuba lab en Brasil, Alg-a Lab en Galicia, La Fragua en Andalucia. Encuentros como Kedarte, Hack the Earth en Calafou o el III Internacional del MSST en Nuvem. El Centro de Cultivo Contemporáneo de Barrios (CCCB) esta situado en Barcelona pero ocupa esta misma periferia.  Nacido de un deseo de crear espacios para la creación y investigación artística, orientado hacia la autonomía, la revitalización del espacio rural/periférico y la  integración del humano, la tecnología y la naturaleza.

A menudo la actividad de estos centros se basa principalmente en residencias con actividades públicos puntuales. El énfasis esta en lo vivido, una presencia continua. Son estructuras pequeñas, muchas veces precarias, pero que están apuntando a una revisión radical del papel del arte y del artista.

La practica artística entre la creación, la galería, la institución pública, el tejido social y natural. Devenir vida. Devenir antena. Prácticas que toman en cuenta la situación del mundo. No seguir recreando un sistema de élite y de grandes estructuras, apostar por una red descentralizada que se teje entre periferias, especifica a las realidades rurales. Sudar la gota gorda intentando generar cashflow y mantenerse a flote en la precariedad.

Sentimos el mundo al borde del precipicio. Corriendo recto al muro. Bancos y estructuras de explotación vampirizando todo, reduciéndonos en esclavas al servicio de una máquina de producción cada vez mas autónoma e interiorizado.

Este arte, estos espacios, son la búsqueda del milagro, la revolución micro-política, pequeños desplazamientos de sentidos, fisuras en la máquina donde nos metemos, dedos en los llágas. Pienso en artistas como Levi Orta, Nuria Guell o Daniella Ortiz, explícitamente políticos pero sin programa ideológico, buscando fisuras y exponiéndolas. Las performances de Laura Corcuera o las paseos sonoros y textuales de Julie Faubert que revelan otras dinámicas del entorno. La narrativa espacial de Helena Torres en el cementerio de Gijón donde la ficción, la historia y el paisaje se entrecruzan, mutando mutuamente para abrir hacia verdades fértiles o desoladoras.

En Nuvem, las residencias son en grupos pequeños de 5 o 6 artistas mientras que los encuentros mas cortos llegan a unas 30 personas. La situación aislada exige una convivencia y una toma de conciencia del entorno natural y humano. El encuentro de kedarte, celebrado este año en Fuentelfresno en Soria, se instala por 4 días en un pueblo. El encuentro se prepara con sumo cuidado, entendiendo las necesidades y deseos del entorno y siempre dejando algo para el pueblo.

La inmersión en la naturaleza, la austeridad, la observación de plantas, animales y el ecosistema con todos sus complejas interrelaciones nos devuelve otra mirada. Expulsados del vorágine del consumismo, podemos resituarnos en un contexto ecológico – entendiéndonos como elementos dentro de un todo, una red de vida y de sentido.

Que tipo de arte emergerá de eses contextos ? Artistas como polinizadoras. Abriendo sus ojos, nos abre los ojos a todas. Prácticas participativas, talleres y juegos involucran a la población local. La Galería Metropolitana, situado en las afueras de Santiago de Chile, es un buen ejemplo de un lugar que ha sabido implicar la población sin sacrificar la calidad ni la investigación artística. En Calafou, artistas como Paula Pin y el grupo Mutanger cruzan el performance corporal con el hackeo electrónico y la biología.

Rompiendo la condescendencia de un mundo de arte que considera que solo los enterados pueden disfrutar o entender. He visto que no es verdad, cuando mostramos el Uno y El Multiple en el barrio de Ardellewa en Cairo. Al contrario, en zonas rurales o periféricos el público tiene otra disposición y la artista otra mirada sobre su creación, moviéndose dentro y fuera de los circuitos establecidos. Los habitantes se divierten, economías locales son revitalizadas, aire fresco sopla por las comunidades y los artistas están en ruta, navegando entre estas oasis, que apuntan hacia la elaboración de estéticas y éticas nuevas y, a la vez, ancestrales.

Pedro Soler
Junio 2013

 

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