En 2020 construí, con el carpintero Marcos, una cabaña. La intención fue que sea oficina y taller, pero acabó siendo el hogar de Daniela y mío. Vivimos aquí desde entonces, con alfombras sobre los suelos de madera. Durante el tiempo de construcción, la zarigüeya estuvo muy presente.

(Texto escrito para el libro Maternidades X compilado por Anita Cifuentes.)

En 1972 El Club de Roma publicó su informe “Los limites al crecimiento” donde predijo un crisis planetario si la humanidad no llega a controlar el crecimiento exponencial de su población. Ahora estamos inmersos en este crisis. En los últimos 100 años la población ha pasado de 1.5 billón a los 7 billones de ahora y se proyecta que en 2100 habrá alrededor de 11 billones de humanos en el planeta.

Los efectos medioambientales de esta sobre-población son claros pero la búsqueda de respuestas es muy complicado, implicando múltiples temas sensibles, prejuicios y derechos, y una densa historia de autoritarismo y racismo, como la política de un solo niño en China o los programas de esterilizaciones forzadas de indígenas bolivianas, en los 1960, y peruanas en los años 1990. Actualmente la tasa de crecimiento global ha caído de 2,1% en 1962 a la mitad actualmente, un hecho que es directamente relacionado con el acceso a contraconceptivos y los cambios en la posición social de la mujer (aunque muy variados dependiendo del lugar del planeta). A pesar de la evidente relación entre el tamaño de la población, la autonomía de las mujeres y el impacto humano sobre el medio ambiente no se logró incluir una declaración sobre los derechos y educación de las mujeres en los acuerdos de París de 2015. El enfoque sobre las emisiones, la innovación y las nuevas tecnologías y las respuestas a los resultados del crisis medioambiental (que ya esta aquí). La sobre-población no esta mencionado en ningún momento y la palabra “mujeres” no aparece ni una vez. (1)

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