Date: May 19th, 2023
Cate: expos
Tags:

Humano, Demasiado Humano


Humano, Demasiado Humano
Centro de Arte Contemporáneo de Quito.
https://www.instagram.com/centroartequito/
23 de Junio al 29 de Octubre 2023.
Inauguración: Viernes 23 de Junio 2023 19H.

En sus reflexiones sobre la metafísica en “Humano, Demasiado Humano”, Nietzsche observa que los humanos filtran todo a través de su cabeza y se pregunta qué quedaría del mundo si se pudiese seccionar. Hoy en dia la pregunta es mas bien que quedara del mundo si no se la seccionase.

Las obras de las 5 artistas de esta exposición intentan responder a esta pregunta, explorando diferentes aspectos de las relaciones con el no-humano, tanto lo biológico como lo geológico, para devenir menos humano y mas mundo.

Curaduría:
Pedro Soler (ECU)

Exposición:
Jorge Barco “Geomancias” (COL), Tania Candiani “Para los animales” (MX), Jeisson Castillo “Cosmopolítica” (COL), Chakala “Chaki Weed Slut / Paro Global Indefinido” (ECU), Felipe Jácome Reyes “La Sexta Extinción” (ECU).

Actividades:
21.06.23 Andrés Mosquera (ECU), “Inti, Rumi, Panti” Excursión a Mullumica.
23.06.23 Rafael Subía (ECU) “Acasta Gneiss” Concierto
25.06.23 Jorge Barco (COL)”Escucha profunda” Taller
12.07.23 Lucia Mejeant (ECU) “Aja, Jea, Kampuntin” Presentación
06.09.23 Annie Sprinkle & Beth Stephens (EEUU) “Water Makes Us Wet” Proyección
12.10.23 Tatiana Avendaño (COL) “Cuerpx Antenx” Taller


Texto curatorial y fotos >>>

Estoy en un camión con mucha gente en camino a la manifestación contra el presidente y su terrible régimen que están hundiendo el país en pobreza y violencia. Los jóvenes están en el techo gritando “¡Fuera Lasso!” mientras que el camión circula a toda velocidad por las calles abandonadas. En una parada, 2 jóvenes suben al camión: uno tiene un cuerno, que rápidamente llega a las manos de los jóvenes arriba quienes lo hacen sonar con mucho entusiasmo, y el otro tiene un libro. No es común ver gente leer en público y aún menos en medio de un paro nacional. Curioso, miro de reojo al título, es “Humano, Demasiado Humano” de Friedrich Nietzsche.

El país entero fue paralizado durante 18 días, en junio de 2022, hasta que se establecieron mesas de negociación con el gobierno para tratar los 10 puntos de las demandas de las organizaciones indígenas, y se levantó el paro. Uno de los puntos era una moratoria sobre la expansión de la frontera extractivista: petróleo y minería. Otro, la focalización de los subsidios para combustibles. Nadie, salvo un grupo de mujeres amazónicas, habló de la necesidad urgente de la transición energética pero se escuchó las voces de los territorios más afectados por los impactos devastadores del extractivismo que hacen la subsistencia imposible en ellos.

En sus reflexiones sobre la metafísica en “Humano, Demasiado Humano”, Nietzsche observa que los humanos filtran todo a través de su cabeza – Menschenkopf – y se pregunta qué quedaría del mundo si se pudiese seccionar. La verdad o no de la metafísica, prosigue Nietzsche, es más irrelevante “que el conocimiento del análisis químico del agua para el navegante acosado por la tempestad” y así es hoy en día con la imposibilidad de traducir el conocimiento exhaustivo y en tiempo real del colapso medioambiental en un cambio de modelo socio-económico. Si, efectivamente, todo es demasiado humano y no hay lugar para nada más.

“La economía capitalista es un discurso antropocéntrico que es incapaz de tomar en cuenta precisamente lo que el pensamiento y la política ecológica requieren: seres no-humanos y escalas de tiempo inusuales.” (Timothy Morton)

Perder la cabeza, eliminar el cerebro-centrismo. La inteligencia no requiere un cerebro, mirad las plantas, sin sistema nervioso pero con sentidos, memoria, comunicación, intención y la capacidad de tomar decisiones. La inteligencia vegetal es inteligencia sin cerebro. ¿Cuantas más formas de inteligencia hay? Cortar el Menschenkopf y reemplazarlo por una cabeza animal, mineral, vegetal. Interespecies, visiones múltiples, cosmopolítica de territorios.

En los pueblos de la Amazonía, herederos de una coexistencia con la selva desarrollada durante milenios, podemos percibir las formas de organización espiritual y social que surgen orgánicamente de esta diversidad e interdependencia. Los seres de las pinturas de Jeisson Castillo (Colombia) viven simultáneamente en múltiples mundos, son cosmopóliticos, compartiendo y organizando territorios, marcando límites, exigiendo respeto y nobleza, manteniendo el equilibrio. Basado en sus viajes por Colombia, particularmente por el río Caquetá en la Amazonia, y los permisos acordados gracias a sus maneras suaves y respetuosos, su trabajo es transmisión de conocimiento ancestral vital y un atisbo de otro orden posible. Castillo lo cuenta así:

“El orden y equilibro los lleva a entrar en relación con los dueños del trueno, de las nubes, del aire, de la atmósfera, del sol, de la lluvia, de las aguas del mundo, de los salados, cananguchales y pepeaderos de aves y animales de monte, con los huecos, remolinos y raudales de los animales del agua, con los ancestros y sus malocas encantadas, con los cerros, tepuyes que resguardan secretos, curaciones e informaciones del cuidado del mundo y de nuestra relación con el cosmos… Nos recuerda las órdenes y reglas de los territorios para su armonía y pervivencia.”

Cuando la sexualidad sale del antropocentrismo se vuelve un puente con el no-humano y nacen criaturas híbridas y monstruosas, como les miles de hijes de Lilith en el desierto. La ecosexualidad considera la Tierra como amante en lugar de madre, una relación basada en atención, éxtasis e identificación. Chaki Weed Slut hace el amor con una planta (dendrofilia) y las semillas caen dentro de ella y de alguna manera logran crecer. Ella se enraíza como una versión vegetal de La Maja – el cuadro icónico de Goya y primer imagen pornográfico de la modernidad – o una versión terrestre de Alysia, la babosa del mar Atlántico que consume algas, mantiene el clorofila en su cuerpo y logra vivir del fotosíntesis. Con raíces punk y obrera, Chakala (Ecuador) siempre ha odiado el trabajo que destroza en vano nuestros cuerpos y roba nuestros días. Su transformación monstruosa en una planta es la negación de la inexorable aceleración. El plantón de resistencia. El paro global indefinido frente al inevitable colapso planetario de la economía fósil.

Las escalas de tiempo incomprensibles al capitalismo son exploradas por Felipe Jácome Reyes (Ecuador) en los fósiles que esculpa en amorosamente escogidas piedras, mezclando artefactos con criaturas, tiempo profundo con el ahora. Es como estar 2 millones de años en el futuro y viendo el registro fósil de la Sexta Extinción con sus redes de pescar, herramientas y interruptores de luz y al mismo tiempo el registro de la primera extinción cuando se calentó demasiado el mar y eliminó por completo los trilobites, hace 250 millones de años o los dinosaurios hace 66 millones de años. Además de los fósiles en piedra, Jácome Reyes ha creado una serie de seres mecánicos preservados en ámbar (resina de algarroba fosilizada), testimonio al desesperado y fracasado intento de salvar la agricultura del colapso en reemplazando con máquinas a los insectos polinizadores y otros actores ecosistémicos que se habían extinguido.

Viendo la Sexta Extinción desde tan lejos, como un evento de transición a otro estado del planeta, lo pone en perspectiva con las otras 5 grandes extinciones en la historia pero también llama la atención a su radical diferencia: esta extinción es cultural y mucho más rápida que cualquiera anterior, incluso comparado con el meteorito que eliminó a los dinosaurios. En el timeline de los últimos 450 millones de años que Jácome Reyes dibujó en la pared, la marca de la Sexta Extinción es mucho más delgada que las otras. Esta línea, y los gráficos de indicadores medioambientales que lo acompañan, están dibujados con grafito, trazo mineral ancestral y efímero, elegía para una pérdida inimaginable. 

En “Geomancias”, Jorge Barco (Colombia) crea un laberinto de artefactos sonoros que nos invita a la escucha profunda de la tierra, los minerales, los elementos y el cosmos. Sus máquinas son traductoras de frecuencias e invocadoras de otros mundos y tiempos, con algo de “steampunk”, tecnología victoriana de un universo paralelo, o el laboratorio de una alquimista. 

El agua y el oro vinieron a la tierra en meteoritos, bolas de hielo sibilantes y vaporosas al principio de los tiempos. En las formas que toma el agua con las ondas vibratorias, en la lava del volcán, la caída del meteorito, está la memoria de los orígenes cósmicos de este breve instante animal, tan lleno de deseo e infinitamente precioso.

En “Para los animales” de Tania Candiani (México), los minerales, animales y humanos se entrelazan en una gran sinfonía. La creación de este tríptico de video con sonido espacializado empezó con una roca en forma de oreja en el desierto de Sonora (frontera entre México y Estados Unidos) y explora el sonido como forma de comunicación inter-especies y elemental. Entre muchas otras cosas, porque cada visionado de esta intensa y veloz obra, el espacio sonoro vibratorio lacerado por la voz de un poema, arroja nuevas comprensiones y realizaciones. Sus evocaciones de relaciones no-humanas y escalas de tiempo inusuales, de geologías y tecnologías y la orquesta planetaria, apuntan al más-que-humano, no al demasiado, y al pensamiento ecológico.

El trabajo de Candiani es casi siempre colaborativo y site-specific y en esta pieza invita a numerosos colaboradores, incluyendo a lobos grises, coatíes, javelinas, lobos, ocelotes, zorros y coyotes, cada especie capaz de captar frecuencias distintas, además de un grupo de artistas sonoros humanos a quien les pidió componer arrullos para los animales. Candiani lo explica así:

“Quisiera poder aprender a pensar de maneras menos antropocéntricas y mucho más amplias y en dónde se considera a todo lo que habita la tierra y el cosmos como un ser. Hay un concepto que me parece hermoso que se llama umwelt, que significa ‘sentir como el otro’. Eso precisamente quiere decir que tú tratas de entender cómo percibe el otro y de esa manera puedes conectar con él. No me refiero solamente a cómo escuchar y percibir a otras especies animales, sino también cómo percibir a la tierra. Así que de eso se trata”.

Y de eso se trata también esta exposición, una invitación a perder la cabeza y dejar florecer una multiplicidad de mundos.

Pedro Soler, Cayambe, 150523

Fotos: Pablo Gijón, Mateo Barriga, Equipo de Museografía CAC

Fotos de Inti, Rumi, Panti – expedición a Mullumica (Mateo Barriga)
https://drive.google.com/drive/folders/1dgJi6-4ERnnS6itVGts0pl3Ls3-yjsn9?usp=sharing

1 Comment

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