Humano, Demasiado Humano

Centro de Arte Contemporáneo de Quito.
23 de Junio al 29 de Octubre 2023.
Exposición: Jorge Barco, Tania Candiani, Jeisson Castillo,
Chakala, Felipe Jácome Reyes.
Actividades: Tatiana Avendaño, Interspecifics, Lucia Mejeant, Andrés Mosquera,
Aniara Rodado, Annie Sprinkle, Beth Stephens, Rafael Subía.
Curaduría: Pedro Soler.
Estoy en un camión con mucha gente en camino a la manifestación contra el presidente y su terrible régimen que están hundiendo el país en pobreza y violencia. Los jóvenes están en el techo gritando “¡Fuera Lasso!” mientras que el camión circula a toda velocidad por las calles abandonadas. En una parada, 2 jóvenes suben al camión: uno tiene un cuerno, que rápidamente llega a las manos de los jóvenes arriba quienes lo hacen sonar con mucho entusiasmo, y el otro tiene un libro. No es común ver gente leer en público y aún menos en medio de un paro nacional. Curioso, miro de reojo al título, es “Humano, Demasiado Humano” de Friedrich Nietzsche.
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El país entero fue paralizado durante 18 días, en junio de 2022, hasta que se establecieron mesas de negociación con el gobierno para tratar los 10 puntos de las demandas de las organizaciones indígenas, y se levantó el paro. Uno de los puntos era una moratoria sobre la expansión de la frontera extractivista: petróleo y minería. Otro, la focalización de los subsidios para combustibles. Nadie, salvo un grupo de mujeres amazónicas, habló de la necesidad de iniciar la transición energética pero se escuchó las voces de los territorios más afectados por los impactos devastadores del extractivismo que hacen la subsistencia imposible en ellos. Un año más tarde, poco o nada ha cambiado, los mecheros siguen encendidos, los derrames cada vez más amplios y la minería, tanto legal como ilegal, campante.
En sus reflexiones sobre la metafísica en “Humano, Demasiado Humano”, Nietzsche observa que los humanos filtran todo a través de su cabeza – Menschenkopf – y se pregunta qué quedaría del mundo si se la secciona. La verdad o no de la metafísica, prosigue Nietzsche, es más irrelevante “que el conocimiento del análisis químico del agua para el navegante acosado por la tempestad” y así es hoy en día con la imposibilidad de traducir el conocimiento exhaustivo y en tiempo real del colapso medioambiental en un cambio de modelo socio-económico. Si, efectivamente, todo es demasiado humano y no hay lugar para nada más.
“La economía capitalista es un discurso antropocéntrico que es incapaz de tomar en cuenta precisamente lo que el pensamiento y la política ecológica requieren: seres no-humanos y escalas de tiempo inusuales.” (Timothy Morton – Humankind, Solidarity with Nonhuman People – 2017)
Perder la cabeza, eliminar el cerebro-centrismo. La inteligencia no requiere un cerebro, mirad las plantas, sin sistema nervioso pero con sentidos, memoria, comunicación, intención y la capacidad de tomar decisiones. La inteligencia vegetal es inteligencia sin cerebro. ¿Cuantas más formas de inteligencia hay? Cortar el Menschenkopf y reemplazarlo por una cabeza animal, mineral, vegetal. Interespecies, visiones múltiples, cosmopolítica de territorios.
En los pueblos de la Amazonía, herederos de una coexistencia con la selva desarrollada durante milenios, podemos percibir las formas de organización espiritual y social que surgen orgánicamente de esta diversidad e interdependencia. Los seres de los cuadros de Jeisson Castillo (Colombia) viven simultáneamente en múltiples mundos, son diplomáticos cosmopóliticos, compartiendo y organizando territorios, marcando límites, exigiendo respeto y nobleza, manteniendo el equilibrio. Basado en sus viajes por Colombia, particularmente por el río Caquetá en la Amazonia, y los permisos acordados gracias a sus maneras suaves y respetuosos, su trabajo es transmisión de conocimiento ancestral. Castillo lo cuenta así:
“El orden y equilibro los lleva a entrar en relación con los dueños del trueno, de las nubes, del aire, de la atmósfera, del sol, de la lluvia, de las aguas del mundo, de los salados, cananguchales y pepeaderos de aves y animales de monte, con los huecos, remolinos y raudales de los animales del agua, con los ancestros y sus malocas encantadas, con los cerros, tepuyes que resguardan secretos, curaciones e informaciones del cuidado del mundo y de nuestra relación con el cosmos… Nos recuerda las órdenes y reglas de los territorios para su armonía y pervivencia.”
Cuando la sexualidad sale del antropocentrismo y entra en relación con el no-humano, criaturas híbridas y monstruosas nacen, como les miles de hijes de Lilith en el desierto. La ecosexualidad considera la Tierra como amante en lugar de madre, una relación basada en atención, éxtasis e identificación. Chaki Weed Slut hace el amor con una planta de marihuana (dendrofilia) y las semillas caen dentro de ella y de alguna manera logran crecer. Ella se enraiza como una versión vegetal de La Maja – el cuadro icónico de Goya y primer imagen pornográfico de la modernidad – o una versión terrestre de Alysia, la babosa del mar Atlántico que consume algas, mantiene el clorofila en su cuerpo y logra vivir del fotosíntesis. Con raíces punk y de clase obrero, Chakala (Ecuador) siempre ha odiado el culto al trabajo que destroza nuestros cuerpos y roba nuestros días. Su transformación monstruosa en una planta es la negación de la inexorable aceleración. El plantón de resistencia. El paro global permanente frente al Business as Usual (BAU – ¡que siguen los negocios!) y su colapso planetario inevitable.
Las escalas de tiempo incomprensibles al capitalismo son exploradas por Felipe Jácome Reyes (Ecuador) en los fósiles que esculpa en amorosamente escogidas piedras, mezclando artefactos con criaturas, tiempo profundo con el ahora. Es como estar 2 millones de años en el futuro y viendo el registro fósil de la Sexta Extinción con sus redes de pescar, herramientas y interruptores de luz y al mismo tiempo el registro de la primera extinción cuando se calentó demasiado el mar y eliminó por completo los trilobites, hace 250 millones de años. Además de los fósiles, Jácome Reyes ha creado una serie de seres mecánicos preservados en ámbar (resina de algarroba fosilizada), testimonio al desesperado y fracasado intento de salvar la agricultura del colapso en reemplazando los insectos polinizadores y otros actores ecosistémicos que se habían extinguido con máquinas.
Viendo la Sexta Extinción desde tan lejos, como un evento de transición a otro estado del planeta, lo pone en perspectiva con las otras 5 extinciones en la historia pero también llama la atención a su radical diferencia: esta extinción es tecno-cultural y mucho más rápida que cualquiera anterior, incluso comparado con el meteorito que eliminó a los dinosaurios. Una serie de gráficos dibujados a mano acompañan los fósiles y retratan sus indicadores medioambientales y condiciones particulares.
La intención de “Geomancias”, de Jorge Barco (Colombia), es conectar con la geología y las perspectivas minerales a través del sonido, construyendo artefactos y micrófonos especializados para sonsacar sus secretos, sintiendo las conexiones cósmicas de los meteoritos o el retumbar de los volcanes. En el equilibrio delicado de una piedra suspendida como un péndulo o los susurros del electromagnetismo nos invita a una escucha profunda de la geología cósmica. Huesos y piedras son antenas piezoeléctricas, frecuencias nos atraviesan sin fin, polvo cósmico vibrando desde el principio, misterios de la destrucción y creación telúrica.
En “Para los animales”, el sonido es el medio por el cual Tania Candiani (México) reflexiona sobre la relación con los animales. Este proyecto, un tríptico de video, empezó como una reflexión sobre qué es escuchar como un animal y de allí brotó un viaje caleidoscópico por las relaciones entre humanos, animales y territorios. El trabajo de Candiani es casi siempre colaborativo y site-specific y en esta pieza invita a numerosos colaboradores del desierto de Sonora (frontera entre México y Estados Unidos), incluyendo a lobos grises, coatíes, javelinas, lobos, ocelotes, zorros y coyotes, cada especie capaz de captar frecuencias distintas, además de un grupo de artistas sonoros humanos.
En palabras de Julio César Morales, curador del proyecto, “El video nos sumerge en la relación imbricada entre los fenómenos naturales y las formas de comunicación sensible, desde los cantos de pájaros y ballenas hasta formas más abstractas de representación humana, como los sistemas descriptivos implicados en textos y diagramas, lo que nos lleva a hacernos una pregunta urgente: Cómo animales habitamos un mundo que también ocupamos, cambiamos y muchas veces destruimos, ¿podemos alterar nuestros sentidos y nuestro dominio cognitivo para dar espacio a sus formas de dar sentido?”
El programa de actividades de la exposición propone algunas herramientas, prácticas y espacios para ponerle cuerpo y tiempo a esta pregunta. Empezando con Rumi, Inti, Panti (Minerales, sol y cosmos), el 21 de junio, una visita a Mullumica, en el páramo cerca de Quito. En este lugar se encuentra el flujo más grande de obsidiana del Ecuador que se formó hace unos 170,000 años, un abrir y cerrar de ojos en tiempos geológicos pero ancestral para las generaciones de habitantes de este territorio que viajaron para extraer el valioso material y se alojaron en cuevas en la montaña. Obsidiana de Mullumica ha sido encontrada en toda la costa del Ecuador, testimonio de los circuitos de intercambio entre los pisos ecológicos que han existido desde tiempos inmemoriales. El CAC, con el arqueólogo Andrés Mosquera (Ecuador) del Municipio de Quito, organiza una excursión comentada a Mullumica en compañía de los artistas colombianos Jeisson Castillo y Jorge Barco para observar la sombra del sol del Solsticio, los minerales del entorno y la presencia efímera humana. La primera conexión, las rocas de nuestro planeta, sus fuerzas interiores, escalas de tiempo inusuales.
En la inauguración, el 23 de junio, la temática mineral sigue con una presentación en vivo de la instalación de Jorge Barco (Colombia) “Geomancias” – donde el artista activa su instalación en la exposición, tocando los artefactos, revelando sus intricacidades – y el performance sonoro “Acasta Gneiss” de Jose Rafael Subía Valdez (Ecuador), compositor electroacústico, inspirada en las esculturas en piedra de Felipe Jácome Reyes y en el fragmento de la corteza terrestre intacto más antiguo que se conoce, con 4000 millones de años, que da su nombre a la pieza. Jorge Barco también ofrecerá un Taller de Escucha Profunda, donde les participantes pueden descubrir un nuevo mundo de sonido y percepción y experimentar con el micrófono de contacto MAGMA, un microscopio para la oreja.
En Julio, Lucia Mejeant (Ecuador), autora y activista de la lengua Shuar, presenta el libro que ha escrito para resguardar los conocimientos y vida de su madre: “Jeá, Kampuntin, Ája” (Casa, bosque, huerta). Hablará de la huerta shuar, el mundo de las mujeres y las plantas, la diosa Nunkui y las injusticias del patriarcado. Conocimientos de coexistencias ancestrales atravesados de contradicciones.
En Agosto la filósofa y activista Tatiana Avendaño (Colombia) y la artista y bailarina Aniara Rodado (Colombia) conversan en formato taller sobre coreografías vegetales, cuerpo antena y otros trabajos y experimentos buscando extender las capacidades de percepción y relación más allá del humano además de compartir con el público sus mejores recetas de pócimas y prácticas.
En Septiembre, Annie Sprinkle and Beth Stephens (EEUU), nos inician al activismo ecosexual a través de su película “Water Makes Us Wet” y la exposición cierra en Octubre con un concierto en vivo de Interspecifics (México), colectivo que amplían la conciencia del no-humano escribiendo software, escuchando bacterias y generando formas de vida especulativas, revelando una ecología nueva e incierta, trenzada entre máquina, humano y no-humano.
Cayambe
15.05.23